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La importancia del proceso creativo | El dibujo como autoconocimiento

La importancia del proceso creativo | El dibujo como autoconocimiento

Estamos viviendo una era de auge tecnológico, especialmente con la inteligencia artificial.

A lo largo de la historia, el ser humano ha experimentado miedos y una profunda inseguridad ante la sensación de ser desplazado, independientemente de la labor que estuviera realizando.

Es un debate hoy en día que se percibe en cualquier lugar, incluidas las redes sociales. Con cada cambio o transición tecnológica las personas hemos temido perder nuestro lugar en el mundo, el que creíamos ocupar, que nos permitiría custodiar nuestra identidad con autonomía y corroborar nuestra utilidad que justificaría nuestra singularidad.

Nos puede venir a la memoria momentos como cuando se impuso el uso regular de la cámara de fotos a finales del S. XIX, lo que hizo pensar a muchos retratistas pintores que se les acabaría el empleo, del mismo modo con el resurgimiento de la revolución industrial a finales del S. XVIII, donde en favor de la productividad se reemplazaron trabajos manuales como los procesos de tejido o hilado.

Ahora la inteligencia artificial nos plantea importantes retos. Como siempre pasa, el problema puede surgir no por las herramientas, sino por cómo las utilizamos.

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El riesgo de la comodidad

El mayor peligro que existe en cualquier humano no es el entorno o las herramientas accesibles a él. Es su mente que produce ideas para materializarlas con sus acciones. Si caemos en un estado de complacencia, a base de segregación de dopamina constante, nos veremos arrastrados por la inercia de querer estar continuamente felices mediante el uso de aquellas prácticas que prioricen la comodidad.

Imagínate estar todo el día ingiriendo comida ultraprocesada. Aunque es tremendamente placentero para tu cerebro, este hábito deteriora tu salud física y mental. Actúa como una intoxicación para tu cuerpo, pudiendo pronto hacerte percibir una falta de energía generalizada que te impida llevar a cabo tareas cotidianas con eficiencia. Puede que te sientas mal y no identifiques la causa. Te afecta el estado anímico haciéndote entrar en una espiral de altibajos emocionales que te van exigiendo a cada momento una mayor dosis de azúcar, glutamato monosódico o sustancias similares incluidas en este tipo de alimentos, que pueden adormecer tu conciencia. 

Nuestro cerebro tiene una tendencia innata a funcionar en modo automático

Actualmente, pagamos con el móvil, accedemos a las apps con datos biométricos, incluidas las que tienen contenido tan sensible como las cuentas bancarias. Quisiera hacer una reflexión sobre todo esto. ¿No será que nos estamos dejando llevar por una ola de automatización que podría ponernos en riesgo, sin darnos cuenta de su impacto?

Dejar la responsabilidad de aspectos de nuestra vida tan importantes en manos de sistemas automáticos como estos, nos resta autonomía a cambio de la promesa de facilidad de uso. En este sentido, creo que el exceso de comodidad es una práctica insana y peligrosa. 

Algunos investigadores han estudiado este concepto y afirman que la comodidad te duerme, te inactiva zonas neuronales, hasta el punto que puede hacernos perder la capacidad de reflexionar con un espíritu más crítico. Te reduce la expansión, te limita el neocortex y por supuesto, dejas de ejercitar el cerebro en el desarrollo de otros dones como las capacidades sensitivas, la imaginación o la intuición.

No podemos estar en dos sitios al mismo tiempo

O quizás si pero en esta dimensión regida por la dualidad no podemos recordarlo.

Dicen que vivimos infinidad de vidas paralelas al mismo tiempo pero la tercera dimensión no nos permite verlo. Por ello, si nuestra atención está dirigida hacia lo externo, difícilmente podemos ir a lo interno. En lo interno podemos desarrollar otro potencial humano que, algunos aseguran, es ilimitado.

La Conexión Interna a través del dibujo

¿Y todo esto qué tiene que ver con el dibujo?

Más de lo que nos podríamos imaginar. Piensa en el dibujo no solo como un resultado físico, una obra más o menos bonita, equilibrada o agradable. El proceso creativo en sí es crucial. La inteligencia artificial puede crear evidentemente obras pero ¿dónde queda el proceso creativo? ¿qué pasa con el aprendizaje, el descubrimiento, la transformación emocional, la experiencia, en definitiva, el viaje? Aunque la IA puede generar imágenes más realistas, lo mismo que ocurrió con la fotografía, el proceso creativo y la percepción del observador siguen siendo irremplazables.

El conocimiento que se obtiene a través del interior del individuo

Con su capacidad para conectar con un mundo inconsciente es algo que la IA aún no puede replicar. A medida que la IA siga evolucionando, perfeccionando sus algoritmos y acumulando más experiencias de usuarios que interactúan con sus programas, seguramente irán perfeccionando los resultados. Pero esto plantea un debate. Parece que vamos hacia un modelo paralelo de humanidad artificial en el que se está invirtiendo considerablemente.

Esto crea una sensación de que ya no merece la pena ni estudiar ni retener información en la mente, pues a golpe de teclado obtienes cualquier respuesta con una precisión y satisfacción bastante aceptable. La cultura del esfuerzo se desintegra, las labores habituales hasta ahora tienden a desaparecer porque hay mejores índices de resultados con robots programados con inteligencia artificial que con personas humanas.

El sentido de crear

No han sido pocos los artistas a lo largo de la historia que creaban obras por motivos mucho más profundos que por el simple hecho de reproducir un tema, ya fuera un bodegón, un paisaje o un retrato. Para la mayoría de los artistas, el interés estaba en la búsqueda del ser, el autoconocimiento, el descubrimiento durante el proceso, las epifanías que aparecían con la mezcla de sentidos, con olores que evocaban memorias olvidadas, que el autor no recordaba y así traía a su consciente. El simple gesto de escribir a mano, por ejemplo, genera unas conexiones neuronales diferentes que el escribir a ordenador. El acceso a la memoria cambia significativamente.

Un ejemplo claro es el de la artista Remedios Varo, quien veía en el proceso creativo una forma de autoconocimiento. Para ella, el valor de la obra no residía en el resultado final, sino en lo que descubría durante el proceso de creación. Una vez terminada una obra, a menudo la regalaba pués consideraba que lo más importante era el viaje interior que había experimentado.

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